martes, 18 de agosto de 2009

Isinbayeva es de carne y hueso

La rusa no logra ni un salto válido en la final de pértiga
Por Carlos Arribas, El País 18 de Agosto de 2009

BERLIN.– Bajo una lona de plástico gris, Yelena Isinbayeva, la pertiguista que dice sentirse como un ángel cada vez que se alza hacia el cielo, se cubre la cabeza y medita sobre la tarde que le está llevando al infierno. La rusa, campeona mundial y olímpica, una competidora solitaria, única, autora de 26 récords del mundo, no ha sobrepasado los 4,75 metros. Su reacción a ese primer fallo lleva su altiva firma: sube el listón cinco centímetros. Son sólo 4,80. Nada, en teoría, para Isinbayeva, que ha saltado 5,05 al aire libre; que una noche de agosto, en Pekín, con la llama olímpica al fondo y el planeta pendiente, inmortalizó con esa marca su segundo oro olímpico; que nunca falla.
Y allá se lanza Isinbayeva, de repente una atleta de carne y hueso, el valor más seguro del atletismo en entredicho, con un resultado comiéndole el valor a cada zancada: hace un mes sólo pudo saltar 4,68 metros en Londres y perdió ante la polaca Anna Rogowska. Y la rusa que clava la pértiga y se eleva. Y las piernas que suben buscando el listón. Y el listón que espera y no las encuentra. Es un terremoto. Rogowska se corona con una marca extraordinariamente menor (4,75 metros) en comparación con las que normalmente consigue la rusa, que estalla en lágrimas: ´No lo entiendo, no lo entiendo´, gime. ´¡No sé lo que ha pasado!... Si lo supiera, sería más fácil. Estaba tumbada en la pista y concentrada, imaginaba mi victoria y buenos saltos, no la derrota´, se lamenta, convertida, hasta el momento, en la gran perdedora de los Mundiales de Berlín, casi como Sergei Bubka, el pertiguista en el que se mira en su carrera, tristemente eliminado en los Juegos de Barcelona 1992.
Extraído de "cancha llena" y escrito de manera impecable, lo leí como si hubiera estado en Berlín.

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